Cuando la frescura llega a golpe de calor

Yo era brasas apagadas, tú eras agua de charco, y de nuestra piel sudada nació un cuento que calcinó mi pena y refrescó tu sueño.

Cuando el libro no llega a cuento

Esta historia sufrió tanto que no pudo superar el paso del tiempo. Es como un cuento que comienza enfermo y sobre el papel puede completar sus capítulos, pero al que el lector prefiere no darle la oportunidad. Es el enfrentamiento a una posibilidad que se tornó difícil en lugar de plácida.

Cuando todo es agridulce

Siento que vivo un drama disfrazado de comedia por el que paso de puntillas… Quizá es un chiste con dotes de tragedia vital, a la que tampoco consigo extraer moraleja ni colgarme su medalla de oro repleta de astillas con ingenio encantador.